Los 5 líderes garífunas siguen desaparecidos

Los 5 líderes garífunas siguen desaparecidos

Los 5 líderes garífunas siguen desaparecidos

Han pasado casi 50 días desde que cinco líderes de la comunidad garífuna fueron secuestrados por hombres vestidos con uniformes de policía.

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Han pasado cerca de 50 días desde las desapariciones forzadas de cinco lideres garífunas en la comunidad de Triunfo de la Cruz. El 18 de julio a las 5:30am hombres vestidos como oficiales de la Direccion Policial de Investigaciones de Honduras secuestraron a los cinco hombres. Hicieron una invasión forzosa e ilegal a sus casas, quebrando ventanas, gritando y forcejeando las cerraduras de las puertas, sacándoles de sus camas y de sus hogares de manera forzada a Alberth Snider Centeno Tomas, Milton Joel Martínez Álvarez, Suami Aparicio Mejía García, Gerardo Mizael Róchez Cálix y Junior Rafael Mejía.

Los líderes fueron secuestrados un sábado durante una cuarentena por coronavirus, en la cual el Estado de Honduras estableció que durante los fines de semana nadie podía circular aparte de agentes del estado, autoridades y personas del área de la salud. Los familiares cuentan que llegaron hombres con chalecos antibalas, fuertemente armados, uniformados, portando las siglas de la DPI y transportándose en camionetas “pick-up,” impartiendo terror y miedo. Primero llegaron a la casa del padre de Alberth Centeno, gritándole, empujándolo, hostigándolo y obligándolo a que él los llevará a la casa de su hijo, a quien sacaron de su cama en ropa interior. Luego fueron a las casas de los demás lideres garífunas, sacándolos de la misma forma, rompiendo puertas y ventas, empujando, golpeando y gritándoles a los familiares que trataban de impedir que se los llevaran.

Alberth Centeno, de 27 años, es presidente del patronato de Triunfo de la Cruz y también miembro de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRENEH). Hizo campaña para que el estado hondureño cumpliera con un fallo de 2015 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dictaminó que el gobierno había violado los derechos de propiedad colectiva después de vender tierras garífunas sin consulta a desarrolladores. La sentencia exigió que el gobierno indemnice a la comunidad garífuna por el territorio que había sido tomado por extranjeros y empresas para proyectos turísticos. Al día de hoy el Estado de Honduras no ha cumplido la sentencia.

“El Estado está poniendo todas las trabas posibles para no cumplir las sentencias de la CIDH. Está mandando un mensaje de terror y de intimidación,” dice Naama López, abogada y activista por los Derechos Humanos del Pueblo garífuna. “Las muertes de los líderes y las desapariciones forzosas sería las estrategias más drásticas que ha utilizado este grupo de poder para detener la lucha de las comunidades garífunas y con ello vaciar sus territorios para la entrega definitiva al capital transnacional.”

Nuestros ancestros garífunas llegaron el 12 de abril de 1797 a Honduras, teniendo por lo tanto 223 años de presencia en la región. Somos una de las culturas vivas e identitarias del país, en los años 1800 creamos 46 comunidades garífunas, ubicándonos en la zona norte del área costera del país, en específico en los departamentos de Atlántida, Colón, Cortés, Gracias a Dios e Islas de la Bahía; en donde mantenemos nuestra riqueza cultural, teniendo como principal valor a la madre tierra. Desde hace más de 20 años, el estado de Honduras se ha dedicado a vender nuestras tierras ancestrales, manejando el discurso de que dichas tierras no están habitadas; generando miedo, terror y llenando de amenazas al pueblo garífuna para que abandonen sus tierras. Nuestros terrenos son vendidos con fines económicos, para la construcción de proyectos, megaproyectos e instalando ciudades modelos conocidas como ZEDES; también para el monocultivo y la producción de palma africana, los cuales perjudican al medio ambiente y afectan nuestra salud. A través del capitalismo y la violencia sancionada por el estado, el gobierno está borrando la riqueza cultural e identitaria que el pueblo garífuna trae a Honduras.

El estado racista y corrupto de Honduras nos ha negado oportunidades y a raíz de todos los crímenes y delitos que han cometido en contra de la comunidad garífuna, nos han obligado a migrar para buscar una mejor vida, para proteger nuestras vidas y las vidas de nuestros hijos. Los que se han quedado a defender nuestros derechos, como Alberth, Milton, Suami, Gerardo y Junior, ponen sus vidas en riesgo. Durante el 2019, 17 activistas garífunas fueron asesinados violentamente.

“Desde el 2015 se ha venido una escalada de acciones violentas contra los líderes y lideresas que defiendes los territorios,” comenta Rony Castillo, Doctor y activista por los derechos humanos del pueblo garífuna. “Existe una profunda preocupación principalmente por las muertes violentas y el exterminio de los pobladores de las comunidades garífunas sin que hasta ahora haya ningún indicio de parte de las autoridades sobre estos asesinatos.”

Tras haberse cumplido un mes del secuestro de los hermanos garífunas, y al no tener noticias de su paradero, ni de su integridad física y mental, se ha sentido un ambiente de tensión, tristeza e impotencia en la Comunidad de Triunfo de la Cruz, ante lo cual varias comunidades garífunas de los 5 departamentos se han manifestado, exigiendo el regreso de los mismos sanos y salvos bajo las siglas de “SI VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS”. También se han realizado manifestaciones en las ciudades del país como en Tegucigalpa y San Pedro Sula, así mismo manifestaciones por garífunas que residen en otros países, como en EEUU e Italia. En Honduras, las protestas siguen: habrán manifestaciones este viernes y el 15 de septiembre, día de independencia del país.

La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara, le envió una carta abierta al presidente Juan Orlando Hernández, exigiéndole una inmediata respuesta por el secuestro de los 5 garífunas. Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una orden a principios de agosto exigiendo un informe sobre el paradero de los 5 líderes garífunas secuestrados y declarando que el Estado hondureño debe adoptar las medidas de seguridad necesarias para los miembros garífunas en riesgo antes del 24 de agosto. La fecha ha pasado sin una acción gubernamental apropiada. El Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU también ha emitido un comunicado exigiendo una búsqueda exhaustiva de los líderes garífunas desaparecidos.

Miriam Miranda, líder de OFRANEH y defensora por los derechos humanos del pueblo garífuna, ha exigido ocho puntos, entre ellos que se devuelvan vivos a los 5 compañeros secuestrados por las fuerzas policiales, que el gobierno de los EEUU no siga financiado la violación de los derechos humanos en Honduras a través del financiamiento del gobierno corrupto de Juan Orlando Hernández, que se implemente un plan de protección de los líderes y lideresas de las comunidades garífunas, y que se cumplan íntegramente las sentencias de la CIDH de 2015.

“Hoy nos sentimos más fuertes que nunca. La población garífuna se encuentra movilizada de forma permanente para defender su autonomía y su libre determinación,” declara la organización OFRANEH en un comunicado. “Estamos claros y conscientes de que no puede haber una garífuna sin territorios y que el día que perdamos nuestro territorio habremos perdido la esencia y el motor principal para mantener viva nuestra identidad.”

We cannot back down

We now confront a second Trump presidency.

There’s not a moment to lose. We must harness our fears, our grief, and yes, our anger, to resist the dangerous policies Donald Trump will unleash on our country. We rededicate ourselves to our role as journalists and writers of principle and conscience.

Today, we also steel ourselves for the fight ahead. It will demand a fearless spirit, an informed mind, wise analysis, and humane resistance. We face the enactment of Project 2025, a far-right supreme court, political authoritarianism, increasing inequality and record homelessness, a looming climate crisis, and conflicts abroad. The Nation will expose and propose, nurture investigative reporting, and stand together as a community to keep hope and possibility alive. The Nation’s work will continue—as it has in good and not-so-good times—to develop alternative ideas and visions, to deepen our mission of truth-telling and deep reporting, and to further solidarity in a nation divided.

Armed with a remarkable 160 years of bold, independent journalism, our mandate today remains the same as when abolitionists first founded The Nation—to uphold the principles of democracy and freedom, serve as a beacon through the darkest days of resistance, and to envision and struggle for a brighter future.

The day is dark, the forces arrayed are tenacious, but as the late Nation editorial board member Toni Morrison wrote “No! This is precisely the time when artists go to work. There is no time for despair, no place for self-pity, no need for silence, no room for fear. We speak, we write, we do language. That is how civilizations heal.”

I urge you to stand with The Nation and donate today.

Onwards,

Katrina vanden Heuvel
Editorial Director and Publisher, The Nation

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